Las aceitunas de algunos olivos, siempre que hablemos de olivar de regadío, tienen un tamaño considerable, teniendo en cuenta que la cantidad de fruto es muy reducida este año. Al tener poca aceituna, el olivo la desarrolla mejor (siempre que pueda hacerlo con la ayuda de agua de riego). Si mencionamos el olivar de secano es un mundo aparte: el fruto está muy pequeño, en la mayoría de los casos está acusando la sequedad y el calor (aceituna pequeña y arrugada), y posiblemente muy poco fruto llegue hasta el momento de la recolección. Pero no sólo eso, sino que la lipogénesis (formación del aceite en la aceituna) se verá también muy afectada, dando lugar a un bajo rendimiento graso.
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